Practicando Cruising en Madrid

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Me llamo Ernesto, soy moreno, mido 1,82, estoy en forma debido a los deportes que practico, la verdad es que tengo bastante éxito con los hombres, la ventaja que tengo es que soy versátil, lo mismo me da que me follen o follar, tengo una polla normal 16 centímetros, me gusta el sexo por el sexo.

Estaba aburrido en casa, me apetecía sexo rápido, sin complicaciones, repasé donde podía ir y la verdad es que no tardé mucho en ponerme unos vaqueros viejos, no los había tirado ya que me quedaban bastante bien, me marcaban lo que había que marcar y una camisa ceñida sin caer en lo macarra. No tardé más de diez minutos en llegar, en coche, a la plaza de toros de Las Ventas.

La verdad es que había bastantes coches en los alrededores, me fui al aparcamiento, de enfrente, estaba lleno de coches, en la primera vuelta me fije en varios posibles candidatos para follar, aparqué el coche y me di una vuelta a pie, crucé con varios unas miradas significativas.

Baje el talud y vi a varias parejas follando, mientras varios tíos los miraban masturbándose, avancé y un tío me dijo sacándose una polla de la boca, anímate y chupásela es riquísima, estuve por ignorarle pero me fijé en el tío al que se le estaba chupando y la verdad es que estaba bastante bien, tenía una pinta de macarra que me ponía, musculazo, depilado, unos labios carnosos y una mirada con cierta chulería, bajé la mirada y me encontré con una polla, excepcional no era por el tamaño ya que mediría unos 18 centímetros, me había comida pollas más largas y gordas, era una polla tremendamente proporcionada, con un capullo que al verle lo primero que pensabas era el gusto que tenías que sentir cuando te abriese el culo; no me lo pensé me arrodillé ante el dueño de esa polla, la cogí con mi mano derecha mientras la izquierda acariciaba los huevos, mi lengua empezó a lamerle con suavidad el capullo, disfrutaba pasando la punta de mi lengua por él, el tío empezó a gemir suavemente, mientras me acariciaba la nuca, me metí su capullo y empecé a chuparle como si fuese un trozo de chocolate que se derritiese en mi boca, el que se estaba derritiendo era el dueño de la polla, me fui metiendo poco a poco esa polla en mi boca, lamiéndola, chupándola, empecé poco a poco, según iba el tío gimiendo más iba aumentando mi mamada, hasta que mis labios llegaron a la base de la polla, la tenía toda dentro, pero aún siendo así le cogí su duro culo y me metí aún más, si eso era posible, su polla, su capullo me estaba ahogando, me daban arcadas, pero me las tragué y le sometí a una mamada larga, alternando la rapidez con la delicadeza de mi lengua, noté como su polla empezaba a temblar y mi garganta se llenó de su leche, fueron varios trallazos que me llenaron la boca.

Me cogió el tío del pelo me levantó y me metió su lengua en mi boca llena de su leche, se mezclaron nuestras lenguas siendo su leche una especie de lubricante, cuando dejamos de besarnos escribió algo en un papel y me lo metió en el bolsillo trasero del vaquero diciéndome que su polla se había quedado con ganas de probar si mi culo era tan bueno como mi boca. Se fue sin darme tiempo de decirle que eso era fácil de solucionar, miré el papel y me encontré un número de teléfono y un nombre, Ángel.

Estaba a 100, tenía más ganas de sexo y la verdad es que había bastantes candidatos, los mirones me acercaron sus pollas para que se la mamase, pasé de ellos, subí a coger mi coche y me fui al aparcamiento de la plaza de toros, por el espejo retrovisor vi que una furgoneta salía detrás de mi, no le di la menor importancia, recorrí el aparcamiento y en la primera vuelta me fijé en tres tíos, al volver al entrar en el aparcamiento una furgoneta salía lentamente, y al llegar a mi ventanilla redujo la velocidad de una forma descarada, miré al conductor y no lo dudé, dejé que saliese mientras yo daba la vuelta y le seguía, paró en un recoveco de la plaza y yo puse mi coche paralelo al suyo, nos miramos fijamente, me bajé y subí a su furgoneta era el típico muscle bear.

Me cogió de la nuca y me metió su lengua hasta la garganta, tenía una forma de besar ruda, te daba la sensación de que te estaba besando la encarnación de la virilidad, su mano me acarició los pezones hasta ponérmelos duros y al tenerlos así me los pellizcó, empezando suavemente y aumentado su potencia hasta conseguir que mi espalda se arquease. Tenía la polla dura, me imaginaba su polla tan dura como la mía, puse la mano en su polla y noté una dureza considerable, se la acaricié por encima de sus vaqueros, el tío me sacó la lengua, se desabrochó la camisa tenía un pecho lleno de vello y músculos, con unos pezones prominentes, se los empecé a chupar pero el tío me tiró del pelo levantándome la cabeza y me dijo déjate de mariconadas, muérdelos, no me hice rogar le mordí los pezones, se los retorcí mientras él se bajaba los pantalones, miré su entrepierna, se veía su calzoncillo abultado a punto de estallar, mi mano le apretó con fuerza ese bulto mientras le mordía con rabia sus pezones, el tío gemía como una puta a punto de correrse. Se sacó su polla, era una polla descapullada, mediría unos 17 cm, gorda, marcándose las venas, era una polla hecha para follar, salía de una mata de vello abundante, rizada, hace tiempo que no veía tanto pelo alrededor de una polla, tenía unos huevos grandes igualmente lleno de vello. Me tiré a ella y empecé a lamerle el capullo pero sólo pude hacerlo un par de veces, me tiró del pelo y me dijo pasamos al fondo, lo hice mientras me decía desnúdate.

Le faltaba una fila de asientos, había bastante sitio para follar cómodamente, cuando el tío pasó yo estaba prácticamente desnudo, él se fue desnudando, estaba totalmente musculado, lleno de pelo, desde la cabeza hasta los píes, con su polla dura inhiesta, diciendo voy a follarte; darte la vuelta, lo hice me imaginaba su polla acercándose a mi agujero para atravesarle y cuando estaba esperando esa sensación noté como me azotaba el culo con su cinturón mientras me decía no admito mariconadas, soy un tío y me gusta follar a lo bestia, nada de ternura, por tanto vas a ser castigado para que aprendas, me puso el culo rojo, al principio iba a protestar pero rápidamente empezó a gustarme, mi polla me dolía de lo dura que se me había puesto.

Cuando dejó de azotarme se puso delante de mi, me volvió a besar de una forma salvaje, como si fuese la última vez que fuese a besar, tenía la boca llena de saliva, sacó su lengua y me metió toda su polla, empezó a follarme la boca con un mete saca rápido, profundo, mi misión era lubricar su polla, sujetarla con mis labios, mientras me follaba la boca, su capullo golpeaba mi garganta, nunca me había follado la boca de esa forma, me dolía la garganta por el golpeo de su capullo.

Yo cada vez estaba más salido, deseaba ser follado, pero no me atrevía a decírselo, rezaba para que no se corriese en mi boca, ya que sólo se oía sus gemidos, unos gemidos salvajes, parecía que en cualquier momento se iba a correr, cuando había perdido toda la esperanza de ser follado, me sacó su polla y me dijo levántate, date la vuelta y apoyate en la pared con las piernas separadas e inclínate un poco, me dio unos azotes, ¿te duele?, no está mal, me metió de golpe un dedo mojado, no está mal, un poco estrecho, me gusta que mi polla dilate tu agujero, sacó su dedo, se pegó a mí, noté como ponía su capullo en mi agujero y con un golpe de cadera me metió su polla, me había cogido de las caderas y las apretaba hacia él para que su polla entrase más.

Cabrón, me estás destrozando, se rió y lo único que me dijo: hasta ahora no te ha follado un tío con dos pelotas, te voy a dejar el culo que cada vez que te sientes va a dolerte y vas a desear volver a tener dentro mi polla, mientras me decía esto empujaba su polla para que me llegase más dentro, empezó un mete saca salvaje, notaba como su capullo salía prácticamente de mi culo y como volvía a entrar su polla de una tacada, no sé el tiempo que me tuvo follándome así, de repente cambió, empezó a metérmela de una forma lenta, notaba como entraba lentamente, poco a poco empezó en mi una sensación de tener toda su polla dentro como al principio, creó en mi una sensación jamás tenida, quería que me destrozasen el culo, esa misma ansiedad me estaba llevando a gemir como la perra más salida, su recompensa fue pellizcarme los pezones hasta hacerme gritar de dolor mientras me susurraba al oído, a partir de ahora vas a ser un vicioso, vas a querer tener siempre una polla dentro.

Me inclinó más, casi estaba doblado, apretó mis caderas contra sus huevos, tenía toda su polla dentro, empezó a rotarla, le dio un movimiento lento, notaba como su polla giraba dentro de mí como si quisiera ensanchar mi culo al máximo, yo estaba a punto de correrme, se lo dije y su respuesta fue apretarme los huevos hasta hacerme daño, no se te ocurra, a mí me falta bastante, me soltó los huevos y apretó en el lugar adecuado y las ganas de correrme pasó, siguió rotando su polla y de repente pasó a un mete saca largo profundo, constante iba de una forma lenta a otra más rápida, Varias veces estuve a punto de correrme y siempre hacía que las ganas se pasasen, yo había perdido la noción de cuanto tiempo llevaba con una polla en el culo.

Me acarició el capullo, mi polla empezó a temblar, me recorría un doble placer el que venía de mi capullo y el otro más fuerte, más intenso, desde dentro de mi. No sigas que me corro, es lo que quiero, para mi fue una orden empezó a salir toda mi lefa, mi culo se contraía cada vez que salía un chorro y esa contracción fue la que aprovechó para correrse.
Noté como salía su polla, la verdad es que había sido un polvo bestial, nunca nadie me había follado así, nadie me había llevado tantas veces al límite, me volví para besarle y vi que se estaba limpiando la polla, empezó a vestirse y al ver que yo tardaba fue cortante: esto se ha acabado, volveré a follar dentro de un rato pero con otro tío, si volvemos a encontrarnos te garantizó que lo de hoy no ha sido nada, te llevaré a mi casa, y te estaré toda la noche follándote, eres de los que más has resistido.
La verdad es que tenía razón, me dolía el culo, ni la primera vez que me follaron me dejó un dolor así, pero la verdad es que mientras fumaba pensaba en lo que sentiría ahora mismo si me volviesen a follar, pero por otro lado me daba miedo que el siguiente polvo no fuese tan bueno, la verdad que eres un gilipollas no creo que haya muchos tíos que resistan una hora estar follando sin parar.

Después de estar fumando un buen rato arranqué mi coche, di una vuelta por el aparcamiento, la gente que había no me decía nada, salí y fui al aparcamiento de enfrente, cuando entraba salía un coche, era conducido por un maduro, unos cincuenta años, tenía algo que me puso, pero iba acompañado por un tío de unos treinta años, por tanto seguí, di una pasada, no había nada que me llamase la atención, aparqué el coche y bajé para ver si entre los matorrales había algo que mereciese la pena, pero no hubo suerte.
Volví a mi coche pensando que era hora de ir a mi casa pero al ir al arrancar el coche, tuve la sensación de que me estaban mirando, mirá a mi izquierda y el coche que había estaba vacío, volví la vista a la derecha y me encontré la mirada del maduro y de su acompañante. Me estaban mirando fijamente, la verdad es que empecé a pensar en volver a follar.
Se bajó el maduro, dio la vuelta a mi coche, bajé la ventanilla y la verdad es que fue directo:
– ¿Qué te gusta?
– Me da igual soy versátil, todo depende del otro y lo que me apetezca en el momento.
– ¿Te apetece un trío?
– Si.
– Sígueme.

Seguí a su coche durante unos diez minutos, me hizo señas de que aparcarse, así lo hice y mientras aparcaba, se bajó su acompañante y él metió el coche en su garaje. Me llamo Pablo, me dijo su acompañante, sígueme, entramos en el portal, al abrir la puerta de su piso, ya estaba el maduro se presentó como Valentín y la verdad es que mientras se presentaba, Pablo me estaba besando el cuello desde atrás mientras sus manos me acariciaba el pecho. Valentín me besó mordiéndome los labios primero suavemente, después cada vez mas fuerte, no estaba nada mal para empezar tenía la boca ocupada mientras me mordía el cuello y sobaban mi paquete.

Me separé de ellos, empecé a desnudarme, lo mismo hicieron mis compañeros de trío, Pablo, tenía un buen cuerpo, era ancho de hombros, tenía buenas piernas y lo mejor era que no llevaba nada debajo de los vaqueros, tenía una polla un poco más grande que la mía, pero gorda, volví la cabeza para mirar a Valentín y ya estaba desnudo, la verdad es que para rondar los 50 estaba muy bien conservado, se notaba que hacía ejercicio, pero lo más asombroso era una polla bestial, debía de medir unos 23 centímetros, gorda, daba miedo pensar lo que era tener eso metido dentro, pero estábamos los tres desnudos para follar, y a eso nos dedicamos.

Me arrodillé delante de Pablo y empecé a lamerle las piernas subiendo poco a poco hasta llegar a sus huevos, se los mordí al principio suavemente y empecé a subir su intensidad según subía sus gemidos, mientras Valentín me mordía la espalda, iba bajando hacia mi culo, cuando llegó a mi culo mi lengua estaba trabajando el capullo de Pablo, tenía un sabor salado, su polla desprendía un olor fuerte, atrayente, empecé a chuparle el capullo con fruición, mientras me mordisqueaban el culo, empecé a chuparle su polla, mientras me abría el culo y notaba como una lengua jugaba con mi agujero, empezó una lengua a entrar en él antes de que yo le empezase a mamarla a fondo.
Me tumbaron el sofá, se puso a mamar la polla Valentín, yo no tardé en jugar con sus huevos, pasando a chuparle su polla, lo hice recreando en ese pollón, mientras tanto Pablo le estaba trabajando el culo a Valentín, era una gozada sentir mi polla dentro de la boca de Valentín, el tío tenía bastate experiencia, en mamarla, me estaba poniendo burro, yo la verdad es que le estaba haciendo un buen trabajo para el tamaño de la polla que tenía en la boca.

Vamos a tomar un descanso, no hace falta correrse pronto, hay que disfrutar de más cosas no sólo de sexo, eso lo decía mientras sacaba unas copas, y procedía a descorchar una botella de vino, yo tenía mi polla dura, erecta, lo mismo Pablo y Valentín, me dio una copa, la olí, y el olor era bueno, lo caté y la verdad es que era un buen vino, con cuerpo, disfruté del primer trago con los ojos cerrados, me gustas me dijo Valentín, sabes apreciar un buen vino, gracias, no sólo el vino, también me gusta disfrutar de otras cosas, eso ya lo hemos notado, Nos tomamos la botella entre besos y caricias para que no se relajasen nuestras pollas.

Haz que Ernesto disfrute de boca, dijo Valentín, no tardó Pablo en hacerme gemir como una perra en celo, la verdad es que había tenido suerte dos tíos que sabían como hacer gemir a un tío chupándole la polla, no todos los tíos sabían hacerlo la mayoría se limitaban a un mete saca, mientras me la chupaba, le estaba acariciando su nuca, le arañaba la espalda, vi como Valentín cogía la botella vacía, se ponía detrás de Pablo y le metía todo el cuello de la botella en el culo, de un golpe, Pablo paró un momento de chupármela para gemir e inició una mamada según el ritmo con que Valentín le follaba el culo con la botella. No me extraña que no utilizase lubricante ya que tenía que tener el culo bastante dilatado por la polla de Valentín.
Estaba excitadísimo, entre la mamada y el ver como le follaba a Pablo una botella de vino, me apetecía chupar y no lo dudé, me puse a chuparle a Valentín los huevos, para pasar a comermelos, agarré con mi mano su polla y sometí a su capullazo a una sesión de lengua, la verdad es que los resultados no tardaron en oírse en gemidos, noté como Pablo me trabajaba mi parte trasera, noté como me metía un dedo completamente lubricado, me quedé esperando que me metiese más dedos ya que me gusta que me vayan introduciendo dedos en mi culo, pero lo que me metió su polla, al principio me dolió debido al trabajo que había tenido con el oso, pero pronto noté como Pablo sabía manejar bien la polla dentro del culo de un tío, me gustaba esa mezcla de dolor y placer que estaba recibiendo, la verdad es que fue una gozada notar como se corría dentro de mí.

Yo mientras tanto había seguido mamándole la polla a Valentín, pensando que si me había dolido la follada de Pablo, que sucedería si esa polla que no había conseguido meterme entera en la boca, a pesar de dolerme las mandíbulas, la verdad es que nada más correrse Pablo, Valentín me sacó de la boca su polla, se puso detrás de mi, oí como rompía el sobrecito para sacar el condón, estaba impaciente por saber como iba a responder mi culo ante esa polla, me untó lubricante alrededor del agujero, metió dos dedos para lubricarme el interior y estuvo jugando con ellos un rato, yo gemía de placer, méteme más le dije, pero su respuesta fue te voy a meter otra cosa que te va a llenar más.

Noté como apoyaba su capullazo en mi agujero, me puse tenso, empezó a acariciarme la espalda, me la besó, me la arañó, me fui relajando y cuando notó que yo estaba pendiente del placer que me estaba dando, introdujo su capullo, no lo pude evitar: jodér como duele, se río, deja que mi culo se acostumbre, pero no me hizo caso, fue introduciendo su rabo, poco a poco, llegó un momento en que esa zona de mi culo no había tenido una polla, nadie me había follado tan adentro, reconocí la misma sensación que tuve en mis primeras folladas, pero aún no había terminado de meterme su rabo, cuando la tuvo toda dentro, tuve la sensación de estar empalado, poco a poco empezó a follarme, primero lentamente, cada introducción iba acompañado de mis quejidos, poco a poco me fue follando más rápido y esos quejidos se fueron tranformando en gemidos, acabe pidiéndole que me follase hasta dejarme el culo roto, me estaba dando un placer bestial, noté como su polla se ponía tensa, estaba a punto de correrse, le pedí que sacase su polla, se quitase el condón que quería sentir su leche como salía, no lo dudó, noté como sacaba la polla, oía como retiraba el condón, volví a notar su capullo en el culo, me agarró de las caderas y me la clavó de golpe, nadie me había hecho tanto daño pero sus embestidas bestiales transformaron ese dolor en placer, me voy a correr dije y en ese momento Pablo se metió mi polla en la boca, para recoger mi lefa, mientras en mi interior notaba como la leche salía de ese pollón que me estaba follando fueron 5 ó 6 espasmos que llenaron mi culo.

Cuando volvía a casa pensaba que tenía el culo hecho una mierda pero el placer que había tenido esa noche, no se me olvidaría. La verdad es que me gustaba más practicar cruising que un club.

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Esta entrada tiene un comentario

  1. miguel gonzalez

    muy buenos los relatos

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